Exposición Frida Kahlo, Diego Rivera y el Modernismo Mexicano

 

 

A lo largo de los años 2019 y 2020, el equipo de diseño internacional Esrawe + Cadena ha estado trabajando con el equipo del Denver Art Museum para dar vida a la exposición “Frida Kahlo, Diego Rivera y la Modernidad Mexicana” en Noviembre de 2020 en Denver, Colorado.

 

“Frida Kahlo, Diego Rivera y el Modernismo Mexicano, de la Colección Jacques y Natasha Gelman” explora el movimiento de la modernidad mexicana a través de más de 150 obras de arte.

 

Con pinturas y fotografías de artistas de renombre internacional como Frida Kahlo, Diego Rivera, Lola Álvarez Bravo, Gunther Gerzso, María Izquierdo, Carlos Mérida y otros, la exposición analiza más de cerca el papel que el arte, los artistas y sus seguidores jugaron en el surgimiento de la identidad nacional y el espíritu creativo tras el fin de la Revolución Mexicana en 1920.

La Modernidad Mexicana es un movimiento artístico que combina el realismo social y el imaginario surrealista en poesía, fotografía, pintura, muralismo, que dieron forma a la identidad y el patrimonio nacional de México. El legado cultural de México se retrata ampliamente en el movimiento a través del uso de elementos que vinculan el tema con la Patria Mexicana y sus civilizaciones ancestrales.

 

Estas referencias directas abarcan técnicas artísticas ancestrales, estilos arquitectónicos, la caracterización de personajes antiguos y destacados (idealizando el “dogma del mestizaje”) y el paisaje mexicano; el uso de este imaginario nacional busca imprimir en el usuario, de una manera muy idealizada y colorida, un sentimiento de orgullo por su propio origen.

El concepto de la exposición se transmite a través de 2 lenguajes: visual y espacial; ambos profundamente vinculados a expresiones artísticas y temáticas presentes en la Modernidad Mexicana.

 

El lenguaje visual evoca el movimiento “estridentismo” en México; un colectivo vanguardista, multidisciplinario y ecléctico que se considera un sello distintivo de la Modernidad Mexicana, pero que también recuerda directamente la geometría prehispánica clásica utilizada en la escritura e ilustración jeroglíficas.

 

El lenguaje espacial evoca la arquitectura prehispánica mexicana, caracterizada por su perfecta simetría, formas escalonadas y masividad. Geometrías puras, legibles y aisladas crean un lenguaje arquitectónico que nos transporta a ese México que inspiró a los grandes artistas del pasado.

 

Prismas de intensos y profundos colores enmarcan las obras de arte y generan un viaje dinámico, articulado por expresivos monolitos que permiten al espectador viajar a la era de las antiguas deidades mexicanas.

La curaduría agrupa las piezas de la exposición de acuerdo con la temática y la relación implícita que tienen con los temas de cada sección. Todos los segmentos componen, en cuanto a intensidad en el contenido, un viaje “in crescendo“. E+C desarrolla la museografía entendiendo que estos grupos despiertan en el espectador sentimientos que lo instalan en diferentes “estados emocionales”.

 

En un texto titulado “La opinión de un pintor“, Diego Rivera dice que en el México prehispánico “era imposible determinar dónde terminaba ni comenzaba la escultura y la pintura, que formaban con la propia construcción un todo armónico, plenamente integrado en su estética “.

 

En el centro de la exposición, el visitante interactúa con la tecnología de mapeo de video que tiene como objetivo retratar el Muralismo mexicano en su máxima expresión; mostrando una composición animada del mural de Rivera que una vez estuvo en el Rockefeller Center: “El hombre en la encrucijada“.

 

Las obras de la sección del Real Maravilloso se distribuyen bajo una intervención velada y translúcida que presenta textiles y texturas luminosas que le dan al espacio un aire místico y etéreo, y lo vinculan a las expresiones de feminidad de las propias artistas.