Comunidad Biodinámica

 

La primera destilería de tequila biodinámico del mundo corona la cima de un volcán extinto en Los Altos de Jalisco. Es el corazón de un nuevo ecosistema agroturístico y una comunidad que se teje a lo largo de un corredor continuo de agricultura sostenible y libre pastoreo.

 

La comunidad biodinámica albergará una destilería de tequila artesanal y una cuidada extensión de agroganadería biodinámica, ranchos, agroturismo, aguas termales naturales, etnobotánica para productos homeopáticos, cocina regional de jardines comestibles, venta de productos de cosecha propia, talleres para la práctica y enseñanza de la artesanía tradicional, un centro cultural y escuela, residencia de artistas en talleres con sello regional.

 

Este extenso proyecto se desarrolla a partir de la observación y el aprendizaje de las técnicas artesanales, los elementos diferenciadores de la zona y la franqueza de los materiales mediante un lenguaje que habla del respeto a un rico legado cultural y a una experiencia de relación honesta y frontal con la naturaleza.

Destilería

 

Como un templo enclavado en una cantera, la destilería se desplanta semienterrada, con vistas panorámicas al valle y una relación de contención y tensión con la piedra natural que lo rodea. Esto permite, por un lado, un ambiente molecular idóneo para el destilado del tequila, que emula los procesos tradicionales. Por el otro, supone un perfecto aprovechamiento de los materiales de excavación, que se emplearán después en las pequeñas construcciones que irán poblando el terreno.

 

El edificio se compone de una serie de pilares y estructuras cilíndricas fabricadas de ladrillo producido en la zona -que se mimetizan formalmente con los grandes tanques- que soportan una sola losa radial de cincuenta metros de diámetro. Los servicios se ocultan en el interior de las estructuras, provocando que el recorrido se desarrolle entre un bosque de pilares, evocando un templo. Las tahonas y el alambique, dos etapas tradicionales del proceso de destilado, se iluminan bajo las bocas en booleana de la estructura, ofreciendo momentos de carácter más expositivo.

 

En un acto operativo pero con expresión teatral, las piñas de agave se arrojan desde la zona de jimado a través de un gran embudo cónico, que las posiciona en el centro del espacio entre los hornos, el proceso de destilado se desarrolla en sentido radial a partir de este eje.

 

Una gran celosía de madera flameada abraza la construcción, formando una barrera que protege de los rayos del sol y matiza la entrada de luz. Además de favorecer la ventilación natural que privilegia el ambiente necesario para la fermentación.

Ranchos

 

Con vistas panorámicas del valle y distribuidos a lo largo de la ladera, los prototipos de vivienda se mezclan con el paisaje, fundiéndose con él e integrándose al entorno.

 

Inspirada en el patio como eje neurálgico del habitar tradicional mexicano. El basamento de piedra incrustado en el terreno alberga las zonas más privadas de la casa, que se articulan mediante patios y pesados muros de piedra, provocando momentos íntimos y de silencio además de frescura en las habitaciones.

 

Una discreta estructura de madera de inspiración vernácula se eleva sobre el basamento a manera de pabellón para cobijar las actividades de sus habitantes, ofreciendo una vista hacia el norte sobre la extensa terraza.

Habitaciones

 

Una serie de cartelas paralelas de carácter y dimensión escultural se incrustan en la ladera de la montaña de forma transversal. En un homenaje a la memoria de la región, la construcción se presenta discreta y de inspiración vernácula y las cartelas integran la ladera de la montaña al interior de la habitación.

 

Los huéspedes disfrutan de una amplia vista panorámica hacia el norte, mientras que al sur, un patio de carácter más íntimo provee de privacidad y de vistas acotadas hacia la montaña.

 

El sencillo sistema constructivo de inspiración local teje las habitaciones entre sí. Los anchos muros de piedra construidos con materiales locales y la cubierta continua de madera evocan la nostalgia de la región y simulan las curvas topográficas naturales del lugar para perderse entre ellas.

Cabañas

 

Al Oeste del predio, en la ladera de un bosque de encinos jóvenes, las cabañas se dispersan donde el horizonte se vislumbra a través de los delgados troncos de los árboles.

 

Inspirados en el tradicional fogón abierto de tres piedras -un recurso de gran importancia para el legado histórico y cultural de las comunidades de la zona- los refugios se rodean de naturaleza inalterada y sus fachadas de madera se mimetizan con el paisaje, pasando desapercibidas para los caminantes. En la oscuridad, se funden con el bosque y la luz que emana de su interior revolotea como luciérnagas en la noche.

 

El sistema en pilotes facilita su desplante en cualquier pendiente o tipo de terreno, y la proporción esbelta busca evitar los árboles existentes, respetando la premisa de tener un impacto mínimo en el terreno.

Aguas termales y botica

 

Entre las culturas mesoamericanas, el temazcal tenía una función ritual y curativa y un significado cosmológico. Representaba el interior de la Tierra y era un lugar de transición entre el mundo de los vivos y el inframundo. Se concebía como la entrada al más allá.

 

Este antiguo concepto inspira la creación de pequeñas construcciones de piedra que se distribuyen a ambos lados del río. Algunas incrustadas en la tierra, otras abiertas al cielo y todas en apariencia herméticas evocando una preexistencia o ruina, esconden en su interior diferentes experiencias relacionadas con el bienestar y la meditación por medio del agua y la temperatura.

 

Conectadas por un sendero de madera que teje ambos lados del río, estos elementos escultóricos se materializan como volúmenes pétreos perdidos en la naturaleza.

 

Por medio de las aguas termales que se contienen a cielo abierto, el usuario transita entre el exterior y el interior experimentando la variedad de temperaturas.